Las blancas salen otra vez,
para ver la sangre correr,
y esta vez no quedará,
nadie de pie
produce tanto poder
hacer la sangre correr.
es tan grato este juego para el ganador
que no es necesario pararse a pensar
ese es el espejismo de odiar.
Pero en este tablero de la vida,
da igual cómo quieras jugar,
tanto si pierdes como ganas
no verás el final.