sábado, 5 de marzo de 2022

EL JARDIN DE MI LOCURA

    Este es el jardín de mi locura, todo lo que crece a mi alrededor, palabras, versos, canciones y un largo etcétera fruto de la inspiración de mi día a día, los años vividos, los sueños creados y rotos, la experiencia de la confianza y la traición que se cogen demasiadas veces de la mano. Un jardín que bebe el agua de las lágrimas tanto de alegría como de tristeza, que es refugio cuando busco evadirme y escaparate cuando quiero mostrarme. 

    Esta mente no se detiene y el jardín crece día a día, incluso lo que ya no se puede ver o sentir está presente en cada centímetro de su superficie, el aire tiene ese aroma de la primavera, todo está vivo, a pesar del frío invernal que lo amenaza continuamente con hacerlo desaparecer. 

    Me descalzo para caminar por él, siento la caricia de la tierra en la planta de mis pies, de nuevo me conecto con todo lo que sólo aquí existe, deja de avanzar el tiempo y no existe la necesidad de ver el mundo desde la perspectiva de lo real o lo que debo de ser, hacer lo correcto en cada momento y no necesito ser perfecto, porque en todas mis imperfecciones vive la esencia de lo que realmente soy, lo que me hace diferente, por eso estoy muy lejos de la normalidad.

    Piso fuerte y sé que sigo vivo en mi interior, dando forma a los pensamientos,  sentimientos y la percepción de mis sentidos en todo lo que creo. En este lugar puedes escuchar una risa que se abre paso en la oscuridad de una habitación tenuemente quebrada por la luz de la luna llena, porque las noches son eternas alimentadas de insomnio relevadas por el despuntar de un nuevo día con la promesa de que todo será diferente, que todo será mejor.

    En esas noches se revelan mis virtudes, o defectos según la subjetividad de quien los vea y quedan plantadas en este extraño jardín.

    Sí, soy bastante imperfecto, muy consciente de ello, porque mientras otros vivían buscando esa perfección social, yo sobreviví huyendo de mi realidad, a un mundo paralelo sin la brújula de la comodidad que me indicara que camino era el correcto a seguir. Eso me hizo caer en muchos errores perro siempre me puse en pie, me frenaron los miedos y descubrí que al avanzar los evitaba, he vivido la desesperación de perderlo todo, he incluso uní mis manos para rezar. He vivido bien y mal a veces sólo otras con personas a mi lado, he vivido rápido y saboreando momentos, mire para atrás pero soñé para recordar de donde salí y sueño con mi propio futuro para ver donde me gustaría ir. He corrido por miedo, he luchado olvidándome de él, ahora camino despacio por lo de la seguridad, pero la paz interior; esa la conseguí cuando finalmente abrí mis ojos dispuesto a luchar sin aferrarme a nada.

    Hoy pongo de nuevo mis pies descalzos en el suelo de este jardín, en su epicentro, dispuesto a seguir creciendo, porque todas estas experiencias forjaron una imperfección que ayuda a crecer de manera distinta y así nace las locas ideas en mi mente que puedo transformar en algo que puedes apreciar y valorar con tus sentidos, eso no lo puede hacer cualquiera. Dia a día cultivo este jardín que me rodea, que retiene y oculta la esencia de mi ser. 

    Ese es el Jardín de la locura del que hablo.