Sabias que mi historia la cuenta cada
una de las cicatrices de mi alma y corazón,
nunca escondí nada al hablarte de mi,
por eso sabes como soy,
la de veces que me recordé a mi mismo
que el fuego se apaga, las lluvias pasan
y hasta las estrellas mueren,
hay muy pocas excepciones..
Debes recordarlo porque ahora cuando
te gires a buscarme no me veras,
ya me he ido en silencio y yo, cariño,
jamás deseó volver a ningún sitio donde
me sentí olvidado y vacío.
En esto tampoco hago excepciones.
He aprendido a decir adiós para siempre
aunque muera sin olvidar.
Adiós