UNA LECCIÓN QUE POCOS VALORAN
Por:
Felipe Cantarino Santillana
No esta muy claro si quizás fue un leñador exhausto quien dijo esto, pero se le atribuye a Abraham Lincoln y el mensaje no deja lugar a dudas: sin preparación, el esfuerzo se convierte en desgaste.
Este principio va más allá de la eficiencia. Es la inteligencia aplicada a la energía vital. Es PNL en acción: tu estado interno define tu impacto externo. Si no revisas tus creencias, tu enfoque y tu motivación, acabarás empujando con fuerza donde bastaba dirección.
Piénsalo un momento y mírate. Corriendo entre pendientes, acumulando logros y presiones, convencido de que más acción es mejor estrategia. Y tal vez lo sea… hasta que el cuerpo, la mente o el propósito dicen basta.
En la vida personal: tú eres tu principal herramienta
¿Sientes que todo cuesta el triple? Quizás no es fatiga. Es saturación. Invertir tiempo en ti mismo —reflexionar, planificar, sanar, elegir mejor— no es un lujo: es una necesidad estratégica.
Pregúntate:
1.-¿Qué rutina emocional me drena?
2.-¿Qué decisiones estoy tomando por impulso?
3.-¿Qué pasaría si me tomara un día para reordenar mis prioridades?
En las empresas: no se trata de correr más, sino de pensar mejor
No es raro ver organizaciones con mucho talento y potencial, pero atrapadas en la urgencia. Equipos que ejecutan sin descanso, pero sin tiempo para detenerse a pensar si están yendo en la dirección correcta.
En el mundo comercial, la confianza supera a la velocidad. Y la confianza surge cuando hay claridad, coherencia y visión.
Una empresa bien preparada se suele ver esto:
1.-Prioriza la formación.
2.-Escucha antes de actuar.
3.-Define desde la estrategia, no desde el miedo.
Los equipos que permiten espacios de reflexión avanzan más lejos que los que solo insisten en moverse sin pausa.
Prepararse no es perder tiempo. Es multiplicarlo. Es revisar el propósito, actualizar el enfoque y actuar desde la intención, no desde la urgencia.
“Algunos pasan la vida avanzando sin rumbo, mientras otros descubren que el verdadero poder está en detenerse, pensar y actuar con intención planificada.”
Antes de seguir por inercia, haz una pausa. La intención no es rendirse, sino para volver con el próximo paso claro, firme… y transformador.
Nota importante: "Tampoco caigas en la Parálisis por análisis" es tan malo una cosa como la otra