- Aquí tienes tu cerveza - puso una botella frente a mí -¿que te gusta de ella?- suelta a bocajarro mientras se deja caer en la silla.
“Mientras cojo la cerveza pienso que es su risa, me encanta hacerla sonreír, sus ojos, puedo ver un brillo distinto…Cuando soy capaz de sostener su mirada. También siento el deseo de compartir días de sol en medio de una montaña o días de lluvia en el sofá para ver pelis, escuchar música, para besarnos.
Con ella no siento que me toca el alma, sino que de nuevo todo se une, las heridas sangran menos, los pedazos no son tan grandes, dentro de mí se detiene todo.
Amo su libertad, su forma de entender la vida, sus sueños, aunque creo que ella no sabe hasta qué punto…va, seguro que mi amigo tampoco lo va a entender”
-Pues la verdad no sabría decirte -Tomó un sorbo mientras encojo los hombros - pero brindo por ella.