Un instante, tan solo por un instante volví a creer en la necesidad de decir lo que siento, con el pensamiento de que está vez sería distinto.
Lo escrito en ese tiempo hoy lo hago arder en la llama de una vela, es un secreto que vuelvo a guardar en lo más profundo de mi ser.
La resistencia ante la desesperación, se ha tornado rutina, ¿pero sabes que? He aprendido a aguantar, a encajar las decepciones que me regala la vida.